El conocimiento
El
conocimiento como copia y como acción
Cuando
se investiga mediante las facultades mentales las cualidades y las
relaciones de las cosas ocurre el proceso de conocer, que tiene como
resultado el conocimiento, es decir la acción y el efecto de
conocer. El conocimiento es un reflejo de la realidad, una copia del
original. El conocimiento científico ha sido clasificado como:
descriptivo, empírico y teórico. Sin embargo existen ciertas
imprecisiones ya que el conocimiento descriptivo requiere de cierta
teoría y la descripción es necesaria para cualquier tipo de
conocimiento
El
surgimiento de un tipo de conocimiento se da cuando en los límites
del desarrollo de un nivel inferior surgen elementos del nuevo tipo
de conocimiento que se van desarrollando hasta que comienzan a
requerir del nivel inferior exigencia que este no puede satisfacer.
Por ejemplo, en el desarrollo del conocimiento descriptivo
explicativo llegó un momento en que las necesidades sociales del
conocimiento requirieron de la comprobación mediante el experimento.
Entonces, la observación contemplativa se convirtió en observación
activa como método del nivel empírico del conocimiento y las
explicaciones requirieron de una fundamentación o comprobación
empírica, ya fuera en laboratorio mediante la práctica social. De
esta manera, la contemplación y la descripción tomaron nuevas
características cualitativas en el proceso de desarrollo del
conocimiento empírico. Las nuevas exigencias sociales estimularon el
desarrollo de un nuevo tipo de conocimiento, el empírico, que a su
vez requirió de nuevas exigencias al tipo de conocimiento
descriptivo explicativo.
Este
mismo principio es el que tiene lugar en el surgimiento del
conocimiento activo transformador. Llega un momento en que la
sociedad requiere de un tipo de conocimiento nuevo para poder
resolver sus problemas. En la etapa actual, en la que se hace cada
vez más evidente la complejidad de los fenómenos de la realidad en
que vive el ser humano, se demanda por la sociedad un tipo de
conocimiento que sirva de guía para la transformación del mundo, es
decir, del conocimiento "activo transformador" que
implica la transformación del conocimiento empírico.
¿Cuáles
son las limitaciones que presenta el conocimiento empírico para que
sirva de orientación a los efectos de transformar con efectividad la
compleja realidad del mundo actual, cuando está en riesgo hasta la
existencia del Planeta? ¿Cuáles
son las características de este nuevo tipo de conocimiento que debe
ser gestionado?
El
conocimiento empírico, en su evolución, adquiere un volumen muy
grande y su generalización se dificulta. De ahí que comience a
surgir un nuevo tipo de conocimiento: el activo transformador. En
resumen, las principales características del conocimiento empírico
son las siguientes:
1. Se forma en el centro del conocimiento, lo transforma e incluye el contenido de este.
2.
El modo de obtener el conocimiento es mediante la influencia activa
en el objeto de investigación (manipulación de las variables de
interés), pero no tiene en cuenta las transformaciones internas de
este
3.
Las teorías empíricas solamente son suficientes para aquellas
tareas que se desarrollan en situaciones donde el estado del objeto
de influencia permanece suficientemente cercano al estado del momento
de la investigación. Los criterios para escoger los ángulos del
objeto de investigación son subjetivos.
4. Está muy vinculado a la práctica.
Con el conocimiento empírico tiene lugar la tendencia a estudiar no solo al objeto, sino también al sujeto. Ambos son sometidos a estudio en el contexto de la gestión del conocimiento. Este nuevo ingrediente de la relación S-O acapara la atención de los investigadores y se incrementan los estudios centrados en la concepción del usuario como eje de la gestión del conocimiento. Las vías, medios, modos y métodos de gestionar el conocimiento se enriquecen desde esta perspectiva, pero hasta ciertos límites, por las propias características antes señaladas del conocimiento empírico. Como se indicó anteriormente, las contradicciones de este tipo de conocimiento hacen que se incremente la búsqueda para generalizar y sistematizar el conocimiento acumulado. La gestión del conocimiento en el estadio empírico no solo describe y explica una serie de datos sobre la base del conocimiento acumulado y la intuición, sino que trata de emplearlos para dirigir y regular las acciones prácticas de las personas y sistemas involucrados. En el contexto actual, donde se incrementa el experimento científico en la gestión del conocimiento, está emergiendo la cuestión de su objeto y lugar en el sistema de conocimientos existente. Sin embargo, desde el punto de vista del conocimiento empírico, ni el objeto ni el lugar de la gestión del conocimiento son problemas vitales. Estos problemas sí son relevantes para la elaboración del tipo de conocimiento activo transformador en el contexto de la gestión del conocimiento. El conocimiento activo transformador posibilita la investigación sistémica-estructural, para la cual hay que elaborar variadas estrategias de investigación.
Conocimiento
Definición
El conocimiento es un tema muy estudiado a través de los siglos. Desde los tiempos remotos se ha buscado una definición exacta del conocimiento. El diccionario define conocimiento como: “El producto o resultado de ser instruido, el conjunto de cosas sobre las que se sabe o que están contenidas en la ciencia”. El diccionario acepta que la existencia de conocimiento es muy difícil de observar y reduce su presencia a la detección de sus efectos posteriores. Los conocimientos se almacenan en la persona (o en otro tipo de agentes). Esto hace que sea casi imposible observarlos.
Para Muñoz Seca y Riverola (1997) el “conocimiento es la capacidad de resolver un determinado conjunto de problemas con una efectividad determinada”.
Otras definiciones podrían ser las siguientes:
1. Hechos, o datos de información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad.
2. Lo que se adquiere como información relativa a un campo determinado o a la totalidad del universo
3. Conciencia o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.
4. Incluye el "saber qué", el "saber cómo" y el "saber dónde".
Los antiguos filósofos griegos la trataron extensamente, llegando a explorar muchas de las sendas posibles: idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.k
En la Modernidad, la problemática del conocimiento se transformó en una cuestión crucial para los filósofos. La búsqueda de la certeza y la indagación por los límites del conocimiento atravesó toda esta etapa, desde Descartes hasta Kant, pasando por Hume y los demás empiristas ingleses.
Definición
El conocimiento es un tema muy estudiado a través de los siglos. Desde los tiempos remotos se ha buscado una definición exacta del conocimiento. El diccionario define conocimiento como: “El producto o resultado de ser instruido, el conjunto de cosas sobre las que se sabe o que están contenidas en la ciencia”. El diccionario acepta que la existencia de conocimiento es muy difícil de observar y reduce su presencia a la detección de sus efectos posteriores. Los conocimientos se almacenan en la persona (o en otro tipo de agentes). Esto hace que sea casi imposible observarlos.
Para Muñoz Seca y Riverola (1997) el “conocimiento es la capacidad de resolver un determinado conjunto de problemas con una efectividad determinada”.
Otras definiciones podrían ser las siguientes:
1. Hechos, o datos de información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un tema u objeto de la realidad.
2. Lo que se adquiere como información relativa a un campo determinado o a la totalidad del universo
3. Conciencia o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.
4. Incluye el "saber qué", el "saber cómo" y el "saber dónde".
Los antiguos filósofos griegos la trataron extensamente, llegando a explorar muchas de las sendas posibles: idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.k
En la Modernidad, la problemática del conocimiento se transformó en una cuestión crucial para los filósofos. La búsqueda de la certeza y la indagación por los límites del conocimiento atravesó toda esta etapa, desde Descartes hasta Kant, pasando por Hume y los demás empiristas ingleses.
Descartes
Considerado
"Padre de la Modernidad", definió con claridad el objetivo
de los filósofos de este período histórico: la búsqueda de la
certeza.
Mediante
sus meditaciones
y
su método
intentó
dar respuesta al escepticismo reinante. Su estrategia no fue el
rechazo o la negación de la duda sino su aceptación hasta las
últimas consecuencias. Es decir, utilizó la duda como método y
sometió todo conocimiento a duda con el fin de encontrar una verdad
de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Así llegó a
alcanzar una certeza primera: “Pienso,
existo.” Y
teniendo en ella una base inconmobible, reconstruyó el edificio
filosófico. En primer lugar, alcanzó una segunda certeza: la
existencia de Dios. En segundo lugar, reafirmó la confiabilidad del
conocimiento científico, el cual tenía a Dios por garante.
A
continuación se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal
como lo entendía Descartes, acompañado de una breve descripción de
los elementos que lo componen.
Duda metódica: en
busca de una certeza, decidió rechazar como falsa toda afirmación
de la que se pudiese dudar.
Duda del conocimiento
sensible: los datos de los sentidos no son seguros, podemos dudar
de ellos. De hecho, los sentidos nos engañan a menudo. Incluso no
hay indicios ciertos para distinguir el sueño de la vigilia, por lo
que todo lo que percibimos por los sentidos podría no ser real. En
consecuencia, todos los datos de los sentidos, inclusive el propio
cuerpo, quedan a un lado en esta búsqueda de la certeza.
Duda del conocimiento
racional: como no se basan en los datos de los sentidos, las
verdades de razón (lógicas y matemáticas) no son alcanzadas por la
duda, la cual recae sobre el conocimiento sensible. Sin embargo
Descartes señala que más de una vez nos equivocamos al realizar
algún cálculo, y lleva la duda al extremo de afirmar que podríamos
estar siendo engañados por un "genio maligno" o "dios
engañador", astuto y poderoso. ¿Cómo podríamos defendernos
de él?
“Pienso, existo”:
más allá de toda duda se encuentra nuestra propia existencia.
Incluso aunque admitiese que soy engañado por un genio maligno, ello
no invalidaría la certeza que tengo respecto de esta proposición
mientras la estoy concibiendo en mi espíritu. Pues no se trata de un
razonamiento o una deducción (como todo lo que piensa existe, si yo
pienso, yo existo) sino de una evidencia que se impone, de un
conocimiento intuitivo que se obtiene de modo inmediato y directo.
Criterio de verdad:
Descartes analiza su primera certeza para descubrir las notas
distintivas que le servirán de criterio para identificar otras
afirmaciones verdaderas. La afirmación“Pienso, existo” se
presenta a la conciencia con "claridad" y "distinción".
Por lo tanto, serán aceptadas como verdaderas aquellas ideas que
sean claras (ciertamente presentes a la conciencia) y
distintas (no confundidas con otras ideas).
Existencia
de Dios: a pesar de haber encontrado una certeza absoluta
(“Pienso, existo”), y a partir de ella un criterio de
verdad, de todos modos sigue en pie la duda que sobre todo otro
conocimiento nos genera la Hipótesis del Genio Maligno. La
demostración de la existencia de Dios despeja las dudas sobre el
conocimiento racional, que tiene en Dios a su garante. Su existencia
se demuestra como causa externa de la existencia en la conciencia de
la idea de perfección, que no puede provenir del yo que duda y es
imperfecto. Y siendo Dios perfecto no puede ser engañador ni puede
habernos hecho para que nos confundamos sistemáticamente. Podemos
equivocarnos porque no somos perfectos, pero no estamos hechos para
el error.
Conocimiento
racional seguro: con Dios como
garantía, el conocimiento lógico y matemático recobra su seguridad
y se desecha la Hipótesis del Genio Maligno.
Ideas
innatas: son las ideas que no proceden ni de la experiencia ni de
la imaginación, son las únicas verdaderamente claras y distintas
(la idea de Dios, por ejemplo).
Conocimiento
sensible: se refiere a las ideas adventicias que, se
supone, representan las cosas reales. Pero ¿cómo superar la duda
respecto de este conocimiento? ¿No será sólo un sueño? ¿Cuál es
su causa, su origen? Nosotros no, porque nos sentimos pasivos ante
ellas. Dios tampoco, porque él no es engañador. Debemos concluir
que la causa de nuestras ideas adventicias son las cosas externas
realmente existentes. De todos modos, sólo conocemos de ellas con
claridad y distinción que son substancia extensa.
Ideas
facticias: son las ideas producidas por la propia conciencia
mediante la imaginación (la idea de minotauro, por ejemplo).
Ideas
adventicias: son las ideas que nos vienen del exterior, a través
de los sentidos (la idea de azul, por ejemplo).
Hume
Fue
uno de los máximos representantes del empirismo británico. Sus
críticas claras y profundas al racionalismo despertaron a Kant
de
su "sueño dogmático".
Hume
aplicó el método científico al estudio del espíritu humano,
analizando los procesos psíquicos con un modelo similar o
equiparable al utilizado por Newton
para
el análisis de los fenómenos físicos. Los elementos básicos o
"átomos" son aquí las percepciones (impresiones e ideas
simples) que se relacionan espontáneamente entre sí según las
leyes de asociación de ideas (semejanza, contigüidad espacial y
temporal, y causalidad). Como todas las ideas derivan de las
impresiones, no cabe hablar, como hacían los racionalistas, de
"ideas innatas".
A
continuación se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal
como lo entiendía Hume, acompañado de una breve descripción de los
elementos que lo componen. Según
Hume, las impresiones provienen de causas desconocidas.
Percepciones:
son los elementos básicos o primigenios de la actividad del
espíritu, la cual consiste precisamente en relacionarlos.
Impresiones:
son percepciones vivaces e intensas y pueden provenir de la sensación
externa, también llamada simplemente "sensación"
(oír, ver, etc.); o de la sensación interna, también
denominada "sentimiento" (desear, odiar, etc.).
Ideas
simples: son percepciones débiles y oscuras. Se trata de copias
de las impresiones y provienen de ellas (recuerdos, fantasías de la
imaginación, etc.).
Razonamientos:
a partir de las ideas simples, el espíritu razona y construye
proposiciones e ideas complejas.
Ideas
complejas: el espíritu tiende naturalmente a asociar las ideas
simples conformando ideas complejas. Las ideas más
generales y abstractas provienen de las ideas más simples y éstas
de las impresiones. Si las ideas simples que componen una idea
compleja no se dan en ella en el mismo orden en que se nos dan las
impresiones de las cuales provienen, la idea compleja no responde a
las impresiones sino a la imaginación.
Proposiciones
de razón: son proposiciones cuya verdad depende de las mismas
ideas pensadas. Permiten lograr un conocimiento verdadero porque su
contenido es necesario y no contingente (Matemática y Lógica). Sólo
en en este plano es posible la "demostración".
Proposiciones
de hecho: sobre las cuestiones de hecho no hay posibilidad de
alcanzar un conocimiento cierto, demostrativo, ya que allí no hay
necesidad sino contingencia y, en consecuencia, siempre lo contrario
puede ser pensado sin contradicción. Sin embargo, Hume sostiene que,
en base a la observación regular y a la experimentación, pueden
formularse "pruebas" (que no permiten una duda razonable) o
"probabilidades" (que recogen experiencias con resultados
variables). De todos modos, no tenemos de las cuestiones de hecho
verdadera ciencia, ya que la idea de causalidad que nos permite unir
los fenómenos, explicarlos y predecirlos, no se respalda en ninguna
impresión y, por tanto, halla su fundamento sólo en la imaginación
y la costumbre.
Palabras:
representan a las ideas, por lo que su significado deriva en última
instancia de las impresiones de las que proceden éstas.
Kant
La
teoría del conocimiento de Kant,
presentada en su Crítica de la razón pura, es uno de los
grandes hitos en la historia de la Filosofía. Con ella pretende
responder las objeciones
de Hume respecto del
fundamento
del conocimiento científico, basado, según el filósofo
inglés, sólo en la costumbre.
Kant
no duda que el conocimiento científico, universal
y
necesario,
es posible; la física de Newton
lo
prueba. Y sabe que un conocimiento de este tipo no puede tener su
fundamento en la mera costumbre. De ahí que no se pregunta por la
posibilidad sino por las "condiciones de posibilidad". Su
teoría le permite encontrar el suelo firme para la Ciencia no en el
noúmeno—en
la realidad, en la cosa en sí— sino en el propio sujeto, portador
de formas universales que obtienen de la experiencia la materia
indispensable para construir su objeto de conocimiento, el fenómeno.
A
continuación se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal
como lo entendía Kant, acompañado de una breve descripción de los
elementos que lo componen.
Revolución
copernicana: mientras los filósofos
anteriores (racionalistas y empiristas) habían puesto el acento en
el objeto del conocimiento,
Kant pondrá el acento en el sujeto
que conoce. El sujeto no encuentra
al objeto como algo dado sino que lo construye.
A
priori: independiente de la experiencia y condición de
posibilidad de toda experiencia.
Noúmeno:
la cosa en sí, la realidad tal como es en sí misma. (Permanece
incognoscible.)
Caos
de impresiones: las impresiones constituyen la materia del
conocimiento. Sin ellas el intelecto no conocería nada. Pero
irrumpen en el intelecto en forma caótica y es éste quien las
ordena con sus formas a priori construyendo el fenómeno. Kant
dice que las impresiones sin las formas y las categorías que aporta
el intelecto serían "ciegas". Entonces, si bien les
reconoce a los empiristas que todo conocimiento comienza con la
experiencia, no admite que todo conocimiento provenga de la
experiencia pues el mismo sería imposible sin el aporte que hace el
sujeto de sus formas a priori.
Formas
y categorías a priori: las formas y categorías a
priori construyen el fenómeno a partir del caos de impresiones.
Kant sostiene que, sin las impresiones, las formas y categorías
permanecerían "vacías".
Objeto
de conocimiento: el intelecto, con sus formas a priori de
la sensibilidad y sus categorías del entendimiento, construye,
tomando como materia las impresiones caóticas, el objeto de
conocimiento, el fenómeno, que es intramental. El intelecto no
conoce las cosas tal como son en sí mismas (noúmeno) sino
tal como él mismo las construye (fenómeno).
Ideas
de la razón pura: las ideas de Dios, de alma y de mundo
permanecen vacías. Son las impresiones las que dotan de contenido a
las formas vacías del intelecto, pero de las ideas de la razón no
tenemos impresión alguna. Estas ideas proyectan la tendencia de la
razón a realizar una síntesis cada vez más abarcativa, hasta un
plano en el que este objetivo ya no puede ser logrado.
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