martes, 31 de julio de 2012

Querid@s alumnos les dejo algunos apuntes para el trabajo de investigacion, Saludos, Andrea


Arte y Filosofia



Nietzsche y la metafísica del artista



La metafísica del artista según expresión del propio Nietzsche, hace referencia a la posibilidad de pensar el arte sin reemplazarlo por el concepto. La apariencia no es lo contrario a la verdad sino su expresión, lo que aparece, la superficie tiene una profundidad metafísica. El arte para el filósofo es una religión de la apariencia, el arte se manifiesta como aquello que brinda asentamiento a la apariencia, como aquello que la consagra, la santifica, glorificando al mundo como error, afirmando la vida como ilusión, estas ideas son contrarias a las sostenidas por Platón, en cuanto al conocimiento de la verdad y las ilusiones que plantea el mundo de lo cotidiano. El arte no quiere dirigir o conocer, sólo quiere que todas y cada una de las cosas puedan ser, esta mas allá del bien y del mal. El arte es modelo para la vida y debemos remitirlo a la voluntad de poder, el arte es la voluntad de fiesta, incita a la creación. No es posible pensar el arte en términos de armonía o adecuación de lo intangible a lo sensible, de lo interior con lo exterior, de la idea con la materia. El arte para Nietzsche es agónico, en el sentido de que gira sobre si mismo interrogándose sin cesar, siempre irónico.

El mundo griego según la visión del filósofo se aparta de toda idealización, la belleza se levanta a un paso de la devastación, hay arte cuando se muestra que todo está a punto de disolverse, la obra de arte acaricia ese instante, no lo enmascara lo exhibe, dejando aflorar la inminencia del horror bajo la apariencia de la seducción. Por el arte nos aproximamos a un equilibrio precario, al caos, a la destrucción sin sucumbir a su vértigo. El arte es la desviación de la fuerza, la presencia de muerte para mostrar que la vida sin ella pierde todo significado. El arte como verdad de la mentira, es efímero, irrepetible y se abre a la intensificación de la existencia. El arte aborrece los sistemas que lo quieren explicar, dirigir, racionalizar y justificar. El arte es así un poder transfigurador, inmanente de la vida que sólo remite a si mismo y tiene una función pragmática, al tomar al arte desde la perspectiva de la vida. El arte es un poder simbólico para Nietzsche que no puede remitir a nada mas allá de si mismo, dando cuenta de una intima conexión con la vida. Arte y vida humana para el filósofo son indisociables, el arte es expresión de la autoreferencialidad del hombre. El arte sirve a los fines de justificar estéticamente la vida misma. Defiende la idea de crear sobre la idea de conocer, invierte la relación entre arte y conocimiento, lejos de subordinar al arte quiebra los planteamientos de la estética académica que trata de discutir el concepto de arte y definir la función del conocimiento.

Domar al animal que somos, sirve el arte a tal empresa?

Es indudable que así sucede pero agota allí su poder? Es difícil concebir al arte al margen de sus usos, pero tampoco puede reducirse a un divertimento o refinamiento. Todo lo contrario el arte arranca a la cultura todas sus falsas seguridades y certidumbres. El arte no sólo es el deseo de hacer ver o dar a oír, sino también la necesidad de apartar de la vista. Una necesidad constante de irrupción de plasmar fuerza. No se deja guiar por la imitación de modelos ejemplares, el arte para el filósofo se guía por una abierta alteración de los moldes recibidos, de lo sagrado que no se deja reducir a lo mismo, del surgimiento de lo 'otro”, de aquello que no se deja racionalizar o pensar. El artista es un supliciado, no un soberano padre creador de su primorosa obra. Una especie híbrida a medio camino entre el crimen y la locura, incapaz de ser una u otra cosa pero con las antenas extendidas hacia cada una de estas esferas. El hombre reduce el concepto de belleza a su imagen y semejanza, a una idea que se ha forjado de si mismo, pero el arte para el filósofo no conecta con el cielo, sino con la caverna, el infierno, el laberinto, con aquello que el hombre civilizado no puede o no quiere seguir siendo.

Nietzsche piensa en la experiencia estética al igual que la religión, pero no de la religión que quiere salvarnos. Las religiones salvacionistas son síntomas de debilidad, de resentimiento, las domina un sentimiento de vergüenza ante todo aquello que nace y muere con fugacidad, se ensañan con la vida, se fascinan mortificando a lo mortal. El filósofo relaciona el arte con la religión arcaica o primitiva, de la fiesta, el arte como transgresión, que no necesariamente embellece al mundo porque su verdadero destino es exhibir la cultura, no se trata de una frivolidad burguesa el arte por el arte, sino de una insubordinación radical que se aloja en toda obra de arte, que la torna inmanejable, arriesgada, peligrosa, esa insubordinación que explica el interés de todos los poderes políticos, económicos y religiosos por desactivarla. El arte para el poder es absolutamente improductivo y en ello radica justamente su poder. El valor que el autor le asigna al arte es muy superior que ese concepto de verdad. La verdad de la mentira es que sabiéndola efímera se abre a toda la intensidad de la experiencia. La siempre riesgosa apuesta del arte es la de abrirse al caos. Lo simbólico del arte descansa sobre un juego de contrarios, de mostración y ocultación.

El pensamiento de Nietzsche, el no a la academia pone de manifiesto su insatisfacción con los valores de Occidente, ideas sobre el ser, el bien y la verdad. El filósofo del martillo cuyos procedimientos son inadmisibles para muchos no puede contentarse con ninguna filosofía, una vida filosófica es lo contrario de ser un profesor de filosofía. Filósofo es quien nos pone en situación de pensar de otro modo. No ser entendido es signo del pensamiento de Nietzsche, signo de que el pensamiento a logrado ir mas allá de lo pensable en su tiempo. El filósofo rompe con los marcos establecidos tradicionalmente, llámese platonismo o cristianismo, ya no importa la verdad sino el impulso por pensar, el sentido de pensar, la pregunta ya no es qué es esto? Sino quién puede pensar esto?, un atrévete a pensar por ti mismo. El filósofo sostiene que la humanidad ha ordenado su vida conforme a los valores que la han llevado a negar lo que es mas ancestral, el impulso vital. Así camina en lo prohibido, renuncia a la universidad donde el cultivo de la verdad es imposible, el filósofo es por naturaleza belicoso. En la academia el saber adopta una apariencia de relato oficial donde el hombre es perseguidor de seguridades. Por el contrario el nos invita a pensar mas allá de los limites de la razón ilustrada donde el saber funciona como un juego de represión y exclusión. En el relato oficial la verdad ilumina al sujeto, hay idea de perfección, la verdad o el bien nos hace libres o nos pone en posesión de ella. Se liga en nuestra cultura desde hace siglos la noción de verdad a la de perfección. Para la modernidad la muerte de Dios significa amanecer a la posibilidad natural y esencialmente humana, fin del dogmatismo, necesidad de una nueva fundamentación, los atributos del Dios destituído se depositan en el sujeto. Ubicación mas allá de viejos valores, virtudes y verdades, las cosas ya no se rigen por los principios divinos del mas allá, el hombre atado a una promesa de futuro sin importar el presente. La muerte de Dios implica pensar el presente, destrucción de cierta y determinada interpretación. La existencia se presenta al desnudo, sin finalidad, sin imposiciones desde el afuera. Allí donde la academia pone el pensamiento al servicio de la vida, Nietzsche quiere que la vida sirva al pensamiento. Dar un paso mas allá del mundo de la bella apariencia. El filósofo entiende el placer estético como aquel que se refiere a la apariencia, el arte es la aniquilación del mundo visible de la apariencia, el placer estético es ir un paso mas allá de lo bello. Se trata de lo que la presentación estética nos permite experimentar, lo cual da cuenta de su relación con las relaciones no-estéticas. El observador denomina bello aquello que se corresponde con el mundo que lo rodea, ya que una presentación no es bella porque lo presentado en ella nos guste sino porque ella lo presenta de la forma como este se presenta para nosotros. La presentación bella muestra su poder asegurador, la confianza y la certeza en las interpretaciones que realizamos acerca del mundo, por tal motivo el filosofo propone la experiencia de ir mas allá de lo bello.




lunes, 9 de julio de 2012

Queridos alumnos esta es la actividad que deben realizar para la nota orientativa, pueden resolver las preguntas con la informacion que les di en la clase y buscar las reproducciones en internet, saludos, Andrea


Supongamos que uno tuviese que hacer una copia de Las Meninas, si fuese yo, llegaría un momento que me diría: supongamos que muevo esta figura un poco a la derecha o un poco a la izquierda. Entonces lo intentaría sin preocuparme de Velázquez. Casi seguro que me sentiría tentado de modificar la luz o de ordenarlo todo de manera diferente según cambiase las posiciones de las figuras. Poco a poco crearía una pintura de Las Meninas que estoy seguro horrorizaría a los especialistas en copiar a los maestros antiguos. No seria Las Meninas que vi cuando miraba el cuadro de Velázquez. Serían Mis Meninas. Pablo Picasso, 1950



Encontrando significados



1- Luego de observar atentamente, confecciona un cuadro comparativo entre las distintas obras, teniendo en cuenta, los personajes, la paleta de colores , la perspectiva y la atmósfera que ambos describen. En lo distinto reside lo interesante, los comparamos por sus diferencias, por la reinterpretación lograda por Picasso



2- ¿Cuál es el análisis que realiza Foucault respecto de “Las Meninas” como construcción de conocimiento? Consigna las características que el filósofo le atribuye a la obra en torno al lugar que ocupa el espectador



3- Escribe un breve ensayo acerca de la importancia filosófica que contiene la obra pictórica “Las Meninas” según la creación de distintos artistas: Dalí, Botero, corrientes filosóficas, posibilidad de contemplar diferentes perspectivas, etc. (15 renglones)